"Nada podemos esperar sino de nosotros mismos" | SURda |
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09-10-2017 |
Defender lo elemental del ideario socialista
Rolando Astarita
"La pregunta que se plantea entonces es cómo es posible que nos veamos en la necesidad de defender cuestiones tan elementales. Solo lo puedo explicar por una derechización general, que posiblemente tenga su raíz en la derrota del programa revolucionario de 1917"
En las últimas dos semanas la actividad del blog estuvo centrada en la discusión sobre el nacionalismo catalán (y más en general, sobre el nacionalismo) y la nota sobre la actitud a tomar con los militantes de izquierda, o de organizaciones sociales, que son violadores. Con respecto al primer tema, sostuve, entre otras cosas, que:
a) Es necesario caracterizar al movimiento independentista catalán como un movimiento burgués y pequeño-burgués, por su programa y estrategia.
b) Es necesario decir a los trabajadores que la explotación no va a modificarse un milímetro con la independencia.
c) Es necesario explicar que Cataluña no es un país explotado (ahora agrego que también es necesario explicar a los trabajadores catalanes que los trabajadores en Andalucía no viven a sus expensas).
d) Es necesario explicar que estamos en contra de la exaltación nacionalista, catalana o española.
e) Además, que una Cataluña independiente, que inevitablemente estará bajo dirección burguesa, no significará ningún desarrollo particular de las fuerzas productivas (y ahora agregaría que se pueden agravar los problemas económicos).
g) Que en este marco defendemos el derecho a la autodeterminación (entendida como el derecho a la separación); y por supuesto, llamamos a enfrentar la represión del gobierno de Rajoy (pero en esto estamos de acuerdo toda la izquierda y el progresismo).Estos planteos encontraron una fuerte oposición por parte de los nacionalistas (que se consideran de izquierda o progresistas).
En cuanto a la nota contra el machismo ( aquí ), se resume en el pedido de que las organizaciones de izquierda no encubran a los militantes que son violadores, pederastas y abusadores sexuales; que den todo el apoyo a las víctimas; y que traten a los abusadores sexuales “del palo” con los mismos criterios, por lo menos, con que tratan a los abusadores “comunes”. Para poner un ejemplo, si un dirigente “antiimperialista” está acusado de abusar de su hijastra, no es concebible que la militancia antiimperialista y de izquierda cierre filas en torno del acusado y descalifique a la víctima que denuncia. Organizaciones y militantes feministas han planteado esta cuestión repetidas veces, pero son ninguneadas o, peor aún, agredidas con los peores insultos (“provocadoras”, “enemigas del partido”, “prostitutas políticas”).
En ambos casos estamos ante planteos que han sido básicos en el socialismo revolucionario: el llamado a los trabajadores del mundo a unirse por encima de las diferencias nacionales. Y la defensa de las víctimas de abusos sexuales, junto a la denuncia de los violadores.
La pregunta que se plantea entonces es cómo es posible que nos veamos en la necesidad de defender cuestiones tan elementales. Solo lo puedo explicar por una derechización general, que posiblemente tenga su raíz en la derrota del programa revolucionario de 1917. En 1927 Trotsky decía que una caída de la URSS provocaría un “retroceso infinito” en la conciencia socialista de las masas trabajadoras del mundo. Pero la caída se produjo recién en 1989-90 y el panorama actual es todavía peor que lo que preveía el viejo revolucionario. El resultado es que hoy estamos obligados a defender lo que nunca pensamos que íbamos a tener que defender en el seno de la misma izquierda . Usando una imagen de Lenin, referida a una coyuntura también adversa para el socialismo, tenemos que mantener una pequeña llama “para cuando pase la inundación contrarrevolucionaria”. No podemos decir cuándo ni cómo se superará esta situación. Pero es la tarea necesaria. Aunque nademos contra la corriente de la opinión pública “progre-bienpensante”.
Fuente: https://rolandoastarita.blog/2017/10/08/defender-lo-elemental-del-ideario-socialista/
Una aclaración: que una revolución socialista se enfrente a grandes dificultades económicas es esperable y lógico. Después de todo, el socialismo en un solo país es imposible. Pero aplaudir alegremente el desbarranque en una crisis de una economía capitalista por el solo hecho de acompañar a una dirección y un programa burgués, es un desastre político. En todo caso, hay que presentar las cartas sobre la mesa y decir la verdad a la gente, para que decida. Esto es, no hay que mentir. No hay que vender espejitos de colores. La fuga de capitales, la salida del euro, los retiros de depósitos, en el marco de un sistema capitalista, sin alternativas socialistas, en medio de la exacerbación nacionalista (que irá acompañada de proteccionismo), solo llevarán a la derrota y a la desmoralización, y profundizarán la división de la clase obrera. La crisis en sí misma no genera alternativas superadoras, a favor del pueblo (el último ejemplo de esto es Venezuela). Lo menos que hay que hacer es jugar a la revolución. En definitiva, no es casual que los nacionalistas rechacen los puntos a-e que he planteado.
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